Negocito.


Eran alrededor de las cuatro de la tarde, Ralis escribía tranquilamente en la netbook, cuando una pequeña encapuchada se acercó al escritorio y le ofreció un trozo de papel (Nota: por supuesto que Ralis sabía quién era O_O, pero dejemos el misterio para que la historia siga interesante XD) al abrir el papel tuvo la necesidad de levantarse de la silla, la impresión era demasiada, ¡no lo podía creer!, había pasado mucho tiempo desde que recibió la última nota de su peor enemigo, sin duda el modus operandi continuaba siendo el mismo, mas las peticiones habían cambiado ¬¬.


Se tenía que actuar de inmediato, los nervios no dejaban a Ralis escribir, sin notarlo escribía cosas precipitadamente, esta vez no había tiempo para pensar una estrategia. 
―Tic-tac, tic-tac ―presionaba la nueva compinche de Silbido… ¡Silbidito!


  
Con un poco de tiempo, Ralis ideó un plan, extraería el aparato, en su lugar guardaría una nota, burlándose de la tonta pareja ¡Ja, ja, ja! Ya los imaginaba rendidos y como siempre, ella triunfante, tipo protagonista de Súper hero legends del anime Bakuman.

 Al poco rato llegó Silbidito con una nueva nota que decía. 


Ralis y Silbidito intercambiaban miradas rabiosas, se escribieron nuevas notas para negociar.














Llegó la hora del trato, Silbidito cargaba una bolsa (funda de almohada XD) con los rehenes, la extendió, confiada, Ralis entregó el estuche, sin embargo Silbidito corrió hacia la guarida de Silbido ―el segundo piso de la casa donde los tres residen― con todo y cargamento, Ralis estaba tontamente confundida, fue tras la compinche y comenzó a jalonear la bolsa, Silbidito era fuerte, se resistía pidiendo ayuda, pero Silbido únicamente se asomaba por una de las ventanas, Ralis apenas podía reconocerlo, entonces presionó.

―¡Silbido, tengo a Silbidito, sal y enfréntame cobarde!

Al notar que Silbidito tenía la recompensa, Silbido gritó.

―¡Ya entrega la bolsa Silbidito!

―¡No! ―se resistió ella.

―¡Entrégate Silbido o Silbidito paga las consecuencias! ―gritaba Ralis, sujetando por detrás a la cómplice.

―¡Entrega la bolsa!
―¡Está bien! ―accedió Silbidito.
Ralis se apresuró a levantar la bolsa mientras la pequeña ladrona abría el estuche rojo. ¡Oh sorpresa!
―¡Silbido, es una trampa!

Pero era demasiado tarde, Ralis había huido con los rehenes.




 Lo de: siga hasté la flecha, es una frase extraída de una película de la india María titulada El miedo no anda en burro XD.




―¡Ja, ja, ja! Una vez más, Ralis gana ―dijo la muchacha, abriendo la bolsa.

¡OH, SORPRESA! Flomo no estaba.
―¡Ja, ja, ja! ―rió Silbidito, de pie en la puerta de la habitación, se acercó pavoneándose como pequeña lombriz elegante―. Esto es para ti, no creas que somos tontos, ¡Ja, ja, ja!





―Con que ya tenemos más crimen, ¿eh? “Muy bien, hora de negociar” ―pensó Ralis, redactando la respuesta… no tenía otra opción. Cedería por el bien de Flo.

Silbidito entregó la última oferta de Silbido.





6: 24 pm. Parque imaginario que usurpa los terrenos de un patio XD.
―Nos encontramos de nuevo Silbidito.
―Entrega la recompensa.
―Primero muéstrame el contenido de la bolsa.
―No.
―Entonces no hay trato.
―No hay trato ―renegó Silbidito.
―Quiero ver si realmente tienes a Flomo.
―Muy bien, se asomará.
Del interior de la bolsa.
―¡Ralis, ayúdame! ―respondió Flomo (en realidad era Silbido quien imitaba la voz de Flo)
―Entregaremos las cosas al mismo tiempo ―propuso Ralis, incitando a Silbidito a entregar primero la bolsa mientras agitaba la recompensa en la mano.
Silbidito entregó la bolsa al tiempo en que sujetaba el psp, intentó recuperar la bolsa, pero Ralis la derrotó con un empujón, ella escapó, Silbido observaba desde su guarida, triunfante.
―No olvidaré esta afrenta ―sentenció Ralis.
Sin embargo el gusto de utilizar la recompensa no le duró mucho al ladrón, pues llegó uno de sus amigos.
―¡Lárgate, que ya te están esperando en la cancha! ―gritó la mandamás de la casa (la mamá de los pollitos XD)
Silbido no tuvo otra opción más que ir a jugar Fútbol, Ralis regresó a la realidad para continuar escribiendo, fue divertido jugar, pensó que tal vez podría recuperar el psp, pero, la mini consola seguía en poder de Silbidito, quien no deseaba salir del papel, al menos hasta que su madre le gritara que se apurara a hacer la tarea:3.



 


Por: Noodle Kattepón Váiz.
Fotografías y dibujo de los Silbidos: Noodle Kattepón Váiz.
Imagen de Súper hero legends: Internet. 

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